Te hablo a vos, dueño
del manto en el que millones de corazones encuentran su latir. Estoy acá para
recordarte algo que en esta clase de disputas parece imposible. Me refiero a la
importancia del fuerte imponiéndose sobre el débil. Quiero que intentes
mantener con vida las llamas del respeto que tanto te costó avivar.
Personas de traje e
intención oscuras te criticarán sin pudor si escuchan las trompetas del batacazo. Sin embargo, si
te atrevés a cumplir con el vaticinio de la lógica futbolera, no escucharás de
sus bocas ninguna palabra de elogio. Los mismos goles que explotan las
gargantas rojas serán relatados como crueles golpes al indefenso.
¿Qué consigo si
derroto a Atlas? te estarás preguntando. La respuesta es muy sencilla. Palabras
en un tridente que cosquilleará tus oídos.
Hambre de gloria.
¿Te resulta familiar?
Tu mayor ídolo, Ricardo Enrique Bochini (insisto con el tridente) la hizo parte
de tu esencia.
Sin embargo, recordá
que existe un mito. Un relato bíblico en el que el pequeño David pudo vencer al
imponente Goliat. No dejés que se haga realidad.
Una última cosa, antes
de que mi pieza de ajedrez se vista de negro. El partido que jugarás es el
primer paso para la obtención de una copa. Nacional, sí, pero una copa al fin.
Algo me dice que vos,
Independiente, vas a meter la cola.
Finalmente. Llegó tu turno.
Te hablo a vos, a
quien seguramente muchos ya dan por muerto antes de verte jugar. No estás
dotado del brillo que caracterizó a los grandes equipos de la historia, y tu
caballo de batalla tiene tan sólo 67 años.
Es la primera vez que
verás esa camiseta roja al otro lado del círculo central. Estoy seguro que el
simple acto de pensarlo te provoca un mar de sensaciones.
¿Que podés hacer para
derrotar a un equipo como Independiente?
Primero tenés que saber que
compartís algo con él. Un hombre también llamado Ricardo forma parte importante
de tu historia. Hablo de tu fundador, Ricardo Puga (que en paz descanse). Puga
fue tu primer general y tu humilde fortaleza lleva grabado su nombre en
probable acto sempiterno.
Lo segundo que te va a
motivar va a ser que hablemos un poco de vos. El equipo del continente, los
guerreros, el marrón. Todos ellos motes de una inocencia encantadora que,
sin embargo, ignora la importancia de ser llamado por tu nombre.
Atlas. Titán de la
mitología griega.
¿Encontrás en sentirte
parte de ese mundo lo suficiente para ganar esta épica contienda?
Seguramente no. Y por
eso, tenés que ganar. Puede tomarte 90 minutos, o que una tanda de penales
decida tirar la moneda. Tenés la posibilidad de escribir tu primera página
de oro. Llegó el momento de situarte en la verdadera historia y de trascender
el plano de los mitos.
Por último quiero que recordés que tu fundador te alienta desde lo mas alto. Desde ese sitio
sagrado que tanto tiempo cargaste sobre tus hombros.
Atlas. Has podido con
el peso del cielo.
¿Podrás cargar con el
peso del infierno?