miércoles, 6 de marzo de 2019

El Peso Del Infierno

Te hablo a vos, dueño del manto en el que millones de corazones encuentran su latir. Estoy acá para recordarte algo que en esta clase de disputas parece imposible. Me refiero a la importancia del fuerte imponiéndose sobre el débil. Quiero que intentes mantener con vida las llamas del respeto que tanto te costó avivar.

Personas de traje e intención oscuras te criticarán sin pudor si escuchan las trompetas del batacazo. Sin embargo, si te atrevés a cumplir con el vaticinio de la lógica futbolera, no escucharás de sus bocas ninguna palabra de elogio. Los mismos goles que explotan las gargantas rojas serán relatados como crueles golpes al indefenso.

¿Qué consigo si derroto a Atlas? te estarás preguntando. La respuesta es muy sencilla. Palabras en un tridente que cosquilleará tus oídos.

Hambre de gloria.

¿Te resulta familiar? Tu mayor ídolo, Ricardo Enrique Bochini (insisto con el tridente) la hizo parte de tu esencia.

Sin embargo, recordá que existe un mito. Un relato bíblico en el que el pequeño David pudo vencer al imponente Goliat. No dejés que se haga realidad.

Una última cosa, antes de que mi pieza de ajedrez se vista de negro. El partido que jugarás es el primer paso para la obtención de una copa. Nacional, sí, pero una copa al fin.

Algo me dice que vos, Independiente, vas a meter la cola.

Finalmente. Llegó tu turno.

Te hablo a vos, a quien seguramente muchos ya dan por muerto antes de verte jugar. No estás dotado del brillo que caracterizó a los grandes equipos de la historia, y tu caballo de batalla tiene tan sólo 67 años.

Es la primera vez que verás esa camiseta roja al otro lado del círculo central. Estoy seguro que el simple acto de pensarlo te provoca un mar de sensaciones.

¿Que podés hacer para derrotar a un equipo como Independiente?

Primero tenés que saber que compartís algo con él. Un hombre también llamado Ricardo forma parte importante de tu historia. Hablo de tu fundador, Ricardo Puga (que en paz descanse). Puga fue tu primer general y tu humilde fortaleza lleva grabado su nombre en probable acto sempiterno.

Lo segundo que te va a motivar va a ser que hablemos un poco de vos. El equipo del continente, los guerreros, el marrón. Todos ellos motes de una inocencia encantadora que, sin embargo, ignora la importancia de ser llamado por tu nombre.

Atlas. Titán de la mitología griega.

¿Encontrás en sentirte parte de ese mundo lo suficiente para ganar esta épica contienda?

Seguramente no. Y por eso, tenés que ganar. Puede tomarte 90 minutos, o que una tanda de penales decida tirar la moneda. Tenés la posibilidad de escribir tu primera página de oro. Llegó el momento de situarte en la verdadera historia y de trascender el plano de los mitos.

Por último quiero que recordés que tu fundador te alienta desde lo mas alto. Desde ese sitio sagrado que tanto tiempo cargaste sobre tus hombros.

Atlas. Has podido con el peso del cielo.

¿Podrás cargar con el peso del infierno?